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Te explicamos por qué algunas personas soportan mejor la intensidad eléctrica

En el post anterior “Así determina la intensidad eléctrica los resultados de nuestro entrenamiento” hicimos un breve análisis de las intensidades eléctricas que se soportan a los RPEs que marcamos al inicio de la investigación (5/10, 7/10 y 8/10).

Pudimos comprobar que un aumento medio aproximado de 20 mA podría resultar en un aumento de hasta 50 ppm en la frecuencia cardiaca; sin embargo, estos resultados son promedios de todos los participantes. En la siguiente imagen comprobamos que existía cierta variabilidad (distancia entre los puntos) para todos los grupos musculares: 

Se aprecia que, por ejemplo, en las zonas lumbar, dorsal y abdomen la variabilidad es aún mayor a 7 Hz; no obstante, vemos que a 21 Hz la variabilidad se reduce, aunque seguimos teniendo disparidad entre participantes.

Por ejemplo, si analizamos el abdomen a 21 Hz vemos que hay personas que soportan 10 mA aproximadamente, mientras que otros son capaces de soportar hasta 40 mA. La diferencia de estas intensidades puede deberse a distintas causas:

  1. La fisionomía de cada participante es distinta, por lo que puede que la propia estructura corporal no permita que los electrodos estén totalmente ceñidos al cuerpo.
  2. La diversidad de los trajes de electroestimulación utilizados ha podido potenciar la diferencia entre estructuras corporales siendo el uso del traje EMS personal Slim Plus el más perjudicado, ya que el traje EMS de uso compartido Revolution Pro nos permite ajustar cada electrodo a cada grupo muscular. 
  3. La composición corporal puede afectar a la administración de corriente eléctrica. Se ha estudiado previamente la relación entre % graso y administración de corriente eléctrica, y a mayor % graso peor conductividad, por lo que es necesario una mayor intensidad. 
  4. La experiencia con la electroestimulación. Las personas que han tenido más experiencia con la EMS precisan de una intensidad eléctrica mayor para aumentar la frecuencia cardíaca. Son más tolerantes.

Evaluación 

Con los datos que tomamos en Wiems Lab hemos realizado este mismo análisis, pero los resultados no son del todo concluyentes: 

* Para salvaguardar la intimidad de nuestros participantes los hemos nombrado como P1, P2, P3…

Podemos observar que cada participante tiene 3 variables:

  • Con y sin experiencia en EMS.
  • Cantidad de tejido adiposo visceral (VAT).
  • % graso medido con DXA.

Asimismo, se dividieron en función de aquellos que habían soportado mayor intensidad eléctrica en el lumbar, dorsal y abdomen; y el valor de la intensidad eléctrica soportada. 

Resultados

Observamos en ambos grupos (personas que soportan mayor o menor intensidad) su experiencia o no con la EMS.

En ambos grupos tenemos personas con un tejido adiposo visceral alto y bajo. Por ejemplo, en el grupo que ha soportado menos intensidad eléctrica tenemos a P3 con 361 gr de tejido adiposo visceral y P2 con 145. De igual manera, en el grupo que ha soportado mayor intensidad eléctrica tenemos personas a P6 con 253 gr de tejido adiposo visceral y P7 con 185 gr. Cabe destacar que todos ellos se encuentran por debajo de 400% por lo que en ningún caso podríamos decir que haya personas con mucha grasa visceral y personas con muy poca. Todos ellos se encuentran en valores normativos de tejido adiposos visceral. 

Por último, y a colación de lo anterior, tenemos las mediciones de % graso que, de igual manera, muestran un estado de composición corporal normativo para esta población. Los valores de % graso se encuentran entre 14.3 y 34.2 %, lo que significa que se encuentran dentro de la normalidad para esta población. 

A la vista de los resultados actuales, no podemos confirmar que exista una relación directa entre composición corporal e intensidad eléctrica soportada; y no podemos concluir que la experiencia con la EMS sea una variable determinante para la regulación de la intensidad

En este sentido, la nueva aplicación de Wiemspro para entrenadores tiene integrado un informe por cada entrenamiento sobre la intensidad soportada y la relación con la frecuencia cardíaca, el peso y % graso. Esta nueva funcionalidad nos ayuda así a responder con gran facilidad la pregunta: ¿Afecta la composición corporal a la administración de corriente eléctrica?

Conclusión

El análisis llevado a cabo en Wiems Lab ha sido totalmente observatorio. Hemos querido comprobar con un número de personas muy reducido si se podía ver alguna tendencia. No obstante, los datos no son suficientes; por todo ello, concluimos que:

  • A priori no parece haber una relación entre composición corporal, experiencia con EMS e intensidad eléctrica soportada por el individuo
  • La variabilidad en la intensidad eléctrica puede deberse a que la persona no es capaz de establecer que es un 5/10 un 7/10 y un 8/10 en la escala de RPE.

Unai Adrian Perez de Arrilucea
Equipo de Wiems Lab

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